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¿Espectadores de un desastre?

El Museo Remigio Crespo Toral: tristemente de nuevo

A todos se nos dibujó al menos una sonrisa de calma luego de las batallas en defensa del Museo Remigio Crespo Toral, que empezaron con una incursión del equipo de Cátedra Abierta de Historia de la Universidad de Cuenca, y que permitió abrir el debate público, tal como consta en este blog. Así se sumaron voces y se declararía un SOS tal como los cuencanos solicitamos en cartas, medios de comunicación, reuniones con autoridades.


Llegaron sí los ofrecimientos de cambios, unos pocos debates con los designados /encargados del proyecto, propuestas, etc, casi todo está archivado en nuestro blog público, pero la acción no fue visible, ni palpable como esperábamos.



Una de nuestras primeras preocupaciones fue por supuesto la salvaguarda de bienes que estaban tirados o amontonados bajo el polvo en el museo, muebles, la casaca del piloto Elia Liut, los cielos rasos, la humedad que alcanzaba lo almacenado, etc… pero también el futuro de un espacio que a todos luces debía reconstruirse como lo que fue: la Casa del Poeta Crespo Toral, un icono del paso del siglo XIX al XX, lleno de personajes, arte e historia. Por tanto, aunque llamativo el nombre de Museo de la Ciudad debía ser eliminado pues para este se necesita a todas luces una nueva edificación con tecnologías y espacios pensados para la conservación de los objetos arqueológicos y otros bienes, como los archivos, que con los años fueron adquiridos y que debería ser adecuado para recibir a numerosos visitantes.


Sucedió que la historia cotidiana que contaba ese Museo Casa, fue poco a poco desplazada y algunos objetos fueron considerado más importantes que otros, a más de convertirse en la gran bodega olvidada y un espacio agonizante abierto de vez en vez para una exposición, normalmente muy ajena al concepto del lugar.


Todo iba en un desesperante letargo, hasta que nuevamente llegamos a un punto de quiebre que nos exige un pronunciamiento: las denuncias presentadas por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) y el Municipio de Cuenca (a través de su alcalde Paúl Granda), por la desaparición de objetos del Museo.


Patricia Calle, coordinadora del Museo, afirmó que este extravío fue denunciado a las autoridades municipales el 23 de julio de 2013, y solo el 15 abril de 2014 se tomaron acciones legales.


La demora ha sido ya motivo de reclamos, así por ejemplo la concejal Monserrat Tello ha exigido una explicación a la falta de medidas. La visita de personal del INPC en la semana de la denuncia exige que se aclaren cuáles son los objetos de valor patrimonial desaparecidos, se habla al menos de doce, pero lamentamos sospechar que son muchos más, entre ellos se conoce que estaría la corona de oro del poeta Remigio Crespo Toral. (El Mercurio, 16 de abril de 2014)

Entonces, la lucha sigue, nos sorprenden las declaraciones del Director Municipal de Cultura, citamos el diario El Telégrafo, el 16 de abril: Juan Pablo Salgado, por su parte, manifestó que se está haciendo un escándalo con la desaparición de las piezas y que no se ha valorado la intención de la actual administración de inventariar y valorar los bienes que posee el lugar. Eso se hace por primera vez en 65 años, es decir no sabíamos lo que teníamos.


Con todo respeto, está claro que el Director Municipal no sabía lo que teníamos, los historiadores sí sabíamos, la gente que tiene una vinculación a ese espacio también lo sabía y era su obligación enterarse.

Alexandra Kenedy una profesional de mucho prestigio ha insistido hasta el cansancio que ella misma hizo el inventario del Museo. Desde su primera vinculación al proyecto de conservación y restauración del Museo, y declaró públicamente nuevamente ingresamos para catalogar ya a nivel oficial con un proyecto en la primera alcaldía de Marcelo Cabrera; el proyecto demoró mucho en salir, finalmente salió, hicimos un equipo de 14 personas: administradores, arqueólogos, antropólogos, etc. y decidimos ir a la primera fase, catalogamos 10 mil piezas. La experiencia fue estupenda…le pedí a Alvarez que gestionara la segunda fase y lo que hizo fue cerrar el proyecto, y le he oído en declaraciones a la prensa diciendo que no hay catalogación. Él se encargó de guardar, archivar este proyecto, y no contar a nadie que existía, lo cual es grave. (El Mercurio, 16 de abril)


El moho de los Museos, su descuido, por supuesto que nos duele y ofende, pero los cuencanos, vamos a reaccionar frente a estas noticias, a un largo período en el que no se ha aplicado ni siquiera el concepto del Patrimonio en EMERGENCIA.


23 de Abril 2014


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