La creciente presencia de la medicina científica ha producido una consecuente retirada de plantas tradicionalmente utilizadas por sus cualidades curativas. Algunas de ellas, como la zarzaparrilla y el condurango, fueron objeto de exportación desde Cuenca hacia diversos países de Europa, y se sumaron al más amplio comercio de la quina o cascarilla. En un atractivo artículo Manuel Carrasco repasa la historia del empleo de estas plantas medicinales y traza su presencia en mercados y tiendas naturistas de Cuenca. Podemos leerlo en El Telégrafo, sección Sur.
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18 de Enero 2015.
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