Se mantienen pocos espacios alejados del ritmo de la vida moderna en el Azuay y Patul, situado en el macizo del Cajas, es uno de ellos. A partir de una intensa experiencia personal, vivida en contacto inmediato con la naturaleza y la realidad social, Jacinto Landívar hace un recuento de este rincón y sus aspectos especiales, su belleza y fragilidad en un momento de cambio. El artículo completo puede leerse en El Telégrafo, Región Sur.
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15 de Noviembre 2015
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